Aterrizando en la vida misma
Cuando los EE.UU. se sumieron en la gran depresión de 1929 y el país se vino abajo alcanzando desempleo y desahucios, el gobierno federal prohibió que los noticiarios, que se proyectaban en cines, hicieran ninguna mención de la realidad que se vivía.
Los noticiarios de la época, los telediarios de hoy en día, reflejaban asuntos anecdóticos, el hombre más alto, el más bajo, el más gordo, el más flaco, el bebe que fumaba puros, pero las cargas policiales, los desalojos de viviendas, las colas para recibir un plato de sopa, se ocultaron al americano medio. Fue el cine con la película Las Uvas de la Ira que expuso la realidad que se vivía con miles de familias asentadas en descampados con barracas construidas con cualquier cosa que les pudiera cobijar bajo un techo y comían de mala manera. Por suerte, es de nuevo la industria del séptimo arte que en teoría desarrolla la ficción, la que aterriza en la vida de millones de personas en la España de las maravillas de Alicia. De ésta España, la misma que el gobierno saca pecho, hay miseria y precariedad extremas.
El techo y la comida es el último eslabón para los desamparados del sistema en esta conmovedora película; (en este enlace puedes ver el trailer) “Techo y Comida”: https://www.youtube.com/watch?v=rM-b1Fc6j6s
No te la pierdas, es el fiel reflejo de la vida y milagros de aquellas personas que se han visto atrapadas en un sistema sin piedad para los más débiles a los que deja abandonados a su mala suerte, mientras las grandes empresas y las grandes fortunas esquivan a Hacienda con la complicidad del gobierno que se apresura a socorrer a aquellos que no hace puñetera falta que se les dedique ni un solo euro de los fondos públicos. El personaje de Rocío, una madre soltera sin trabajo al que acudir (fantásticamente interpretada por Natalia de Molina), y con un chaval a sus espaldas las pasan canutas. Es una instantánea, una foto fija, mejor dicho una radiografía de lo que pasa adentro de las casas cuando la precariedad es lo único que queda. El director, Juan Miguel del Castillo ha sabido dar con la clave del techo y la comida. Para acompañar a esta campaña electoral que se debatirá del sexo de los ángeles, el jurado de la 60ª Semana Internacional de Cine de Valladolid ha concedido el primer premio de la sección Tiempo de Historia al documental “La granja del Paso” de la directora Silvia Munt. El documental da vida a los sin voz, aquellos que la maquinaria judicial los trincha sin entrar en administrar justicia por desconocimiento del funcionamiento del sistema financiero que los jueces deberían de conocer al dedillo. El problema de los desahucios. Los protagonistas son miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Sabadell (Barcelona). El documental aborda su funcionamiento, y la evolución y transformación de las personas que forman parte de la Plataforma. Con este largometraje, Silvia Munt informa a la sociedad sobre el problema que suponen los desahucios cuando se llevan contabilizados, desde que empezó la crisis en 2007, nada más ni nada menos que 600.000. Detrás de estos números hay personas, familias que se han tenido que ir a vivir debajo de un puente; es decir: el documental pone el dedo en la herida, que como se presume pasará sin que apenas se nombre en la fantástica democracia que disfrutamos. No te lo pierdas, tanto Techo y Comida como el documental de Silvia Munt reflejan la realidad de la vida misma, mientras los grandes medios de comunicación nos mostraran con orgullo y satisfacción la parodia dicha por Groucho Marx: “partiendo de la más absoluta pobreza he alcanzado la más altas cuotas de miseria” y mientras tanto, altas dosis del hombre más alto, el más gordo, el …. ¡Viva el capitalismo de pacotilla! ¡Vivan los paraísos bancarios! Ver: Parte I