El caso mexicano
Y si nos referimos ahora a México, la comparación con la corrupción “gubernamental” que ejercían los capos queda a la medida. De por sí, como menciono antes, ya los propios “gobiernos”, son, en sí mismos, simples mafias (por ello, ya no empleo la palabra “gobierno”, pues es, realmente, una disonancia lingüística). Aquí, es tan clara la relación entre la mafia en el poder, conformada por todas las agrupaciones “políticas”, y el llamado “crimen organizado” que está por demás pensar en lo contrario. Por ejemplo, se dice que Felipe Calderón tenía nexos con el cártel de Sinaloa, presidido por el Chapo Guzmán.
Más aún, la así llamada Familia Michoacana, asegura que hizo “donaciones” a la campaña del mismísimo Peña Nieto.
Peña Nieto, además, hay que decirlo, se impuso fraudulentamente a López Obrador, empleando tácticas tales como compra de votos, a cambio de despensas y tarjetas de Soriana. También se emplearon padrones adulterados, intimidaciones (a campesinos, se les amenazó con que si no votaban por el PRI, les quitaban todo tipo de ayuda) y todas las truculentas maquinaciones que esa mafia política desde siempre ha empleado. Pero, además, era vital para las mafias políticas y empresariales que la mafia priísta se hiciera con el poder, pues ya se traían entre manos todas las imposiciones que hemos estado aquí pasivamente presenciando y que, finalmente, sólo significan muy buenos negocios para todo ese conjunto de capos políticos y empresariales. Mencionaba en el capítulo primero que uno de los muy lucrativos negocios para los capos estadounidenses en los años 1930’s era comerciar ilícitamente con el alcohol, pues, al ser ilegal, las ganancias eran altísimas. Lo peor era que se producía más alcohol durante la prohibición, que en tiempos normales, digamos (ver la cinta Lawless, estelarizada por Gary Oldman, basada en hechos verídicos, sobre cómo era la forma en que mucha gente destilaba sus propias bebidas alcohólicas y cómo el “gobierno” corrupto de entonces, exigía una tajada de sus negocios, a cambio de permitirles seguir operando, de lo contrario, “aplicaba la ley”).
Pues aquí, de nuevo, la comparación con lo que sucede actualmente es más que vigente, porque si las drogas ilegales como la cocaína, la heroína, la marihuana (que ya es legal en países como Uruguay o en algunos estados de EU), se legalizaran, bajaría enormemente su precio, tanto, que quizá ya no sería el excelente negocio que es actualmente y que permite, no sólo que los narcos (modernos gánsteres), vivan en la opulencia por las ganancias obtenidas, sino que “respetables” banqueros también participen de tal riqueza al ser simples lava-dólares del narcotráfico. Por ejemplo, se calcula de que más de la mitad del dinero que deja el narcotráfico se lava, justamente por “honorables” instituciones de Wall Street. Y se estima que el narcotráfico es un negocio que está entre los 400,000 y 800,000 millones de dólares anuales, así que, no queda duda que deben de seguir siendo ilegales las drogas, muy a conveniencia, sobre todo, de Estados Unidos, beneficiado doblemente, tanto por el lavado de dólares, así como porque la llamada “guerra contra las drogas”, también le deja muy buenas ganancias.
Otro muy buen negocio que le daba excelentes dividendos a Luciano era el juego y las apuestas. Controlaba casinos, carreras de caballos, apuestas de poca monta (numbers trade, que eran como una suerte de loterías locales e ilegales, que se guiaban por las terminaciones de la lotería “legal”. Participaban obreros y gente de escasos recursos), máquinas tragamonedas… y así. También las peleas de boxeo eran muy lucrativas. En esta actividad, incluso, Luciano era dueño de boxeadores, muchas veces de ambos contendientes, con tal de no perder nada.
Y eso también se puede comparar con la actualidad, pues hasta en los llamados “eventos deportivos” hay muchas veces trampas y arreglos “por debajo del agua”, con tal de que gane tal o cual deportista o equipo, así como las apuestas que se hacen a su favor.
Particularmente sobre las apuestas, señalan los autores que “Cualquier empresa que pudiera hacerse con el dinero de los tontos, se convertía en un excelente negocio. Un reporte oficial reciente estima el ingreso, tan sólo de las máquinas tragamonedas en dos mil millones de dólares, de los cuales cuatrocientos millones son para pagar protección. Los records de Frank Erickson (un gánster de las apuestas de entonces), muestran que él tenía cuentas bancarias por treinta millones de dólares, tras haber operado doce años. Las cuentas bancarias de Dutch Schultz (otro gánster, quien operaba en el Harlem), ascendían a veinte millones de dólares”.
También los juegos y casinos, esos negocios para arrebatarles el dinero a los tontos, como bien se referían Feder y Joesten a ellos, siguen vigentes en todo el mundo, sin importar, además, el problema social que la ludopatía, el incontrolable deseo de seguir y seguir apostando, ocasiona, pues los ludópatas pierden frecuentemente todo su capital.
En algunos países, justo como EU (en dónde más), el juego es legal. Pero en otros, como aquí, en México, aunque no son “legales” del todo los “casinos”, se les tolera, claro, siempre y cuando los dueños paguen sus dádivas a la mafia en el poder en turno. Por ejemplo, los casinos que operaba Jorge Rojas Cardona, “tolerados” desde el mafioso calderonismo, fueron clausurados por la actual mafia priísta por no estar “regularizados”. Justo en conversación que tuve con un empleado de uno de los cerrados casinos, me comentó que la razón fue que tal empresario “no le quiso entrar con la cuota exigida por los priístas” y por eso le clausuraron sus 26 casas de apuestas. En contraste, casinos operados por una empresa española, como la empresa Codere (propiedad de la familia Martínez Sampedro) continúan operando como si nada. Dicha empresa tiene “permisos” para operar 65 centros de apuestas “remotas”, como Sports Books y Yak, Jakpot y Royal Yak. Además presume de poseer 94 salas de “entretenimiento” que en conjunto “representan 19751 terminales de juego”.
Con el ejemplo anterior, también podemos ver las complicidades mafiosas, entre los gánsteres que controlan a México y los mafiosos casinos españoles. No sólo eso, sino que decenas de empresas, también españolas, dominan buena parte de las actividades económicas del país, tales como Repsol o Iberdrola, que van avanzando en el domino de los sectores energético y eléctrico, en total contubernio con las sucesivas mafias en el poder, sean priístas o panistas, las únicas que hasta ahora han dominado a este saqueado país. Esto ha conllevado a una suerte de neoconquista española.
También Luciano le entró a la prostitución. En principio, lo dudó, pues consideraba que sólo los mafiosos más ruines y de poca monta podían explotar a una mujer, pero cuando sus negocios de apuestas comenzaron a ser golpeados por las “autoridades”, buscó una alternativa que le permitiera que no mermaran sus ingresos. Esa fue, justo, la prostitución. Y fue tan eficiente, que para 1935 no había una sola prostituta, ni un solo burdel, ni un solo proxeneta que operara por su cuenta, pues todos debían de pagar una “cuota semanal”. Y eran tan rígidos en sus extorsiones hacia los burdeles que, de no cumplir con los “pagos”, los pistoleros llegaban, destruían el local, golpeaban a propietaria y prostitutas y lo cerraban.
Eso, lo de la irrupción y destrucción de negocios de todo tipo, recordaría otro hecho que sucede en el país, como, por ejemplo, el de las bandas criminales que se presentan en muchos estados del país, como en el estado de México, en el municipio de Netzahualcóyotl, a “vender” protección, incluso con el contubernio de la policía local y comerciante que no lo haga se arriesga a que su local sea incendiado y a él lo maten.
En cuanto al control de la prostitución por Luciano, en toda esa cadena de extorsiones que se impuso, las prostitutas eran las más explotadas, pues de ganar, muchas de ellas, hasta cuatrocientos dólares por semana (trabajaban hasta doce horas diarias y tenían entre 20 y 30 clientes por día, a los que se les cobraba dos dólares por cabeza), pero, por tantas extorsiones y “pagos” - desde la dueña del burdel, la “cuota” de la mafia, comidas, alojamiento… -, apenas si les quedaban 50 dólares. Y las que vivían con algún “amante” estafador, debían de darle esos 50 dólares o eran golpeadas.
Actualmente, existen ejemplos recientes de explotación sexual por parte de “respetables funcionarios”, como el del proxeneta Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, que trabajaba como “dirigente” capitalino del PRI.
O el caso del así llamado “gober precioso”, quien consintió las actividades de una red de pederastia operada por Kamel Nacif. El “gober” sigue como si nada.
Y no sólo eso, sino que muchas de las sexoservidoras deben de pagar “cuotas” a corruptos policías con tal de seguir realizando su actividad. Así que el espíritu de Lucky Luciano también allí está más que presente. Quizá una de las aportaciones más importantes de Luciano sea la de haber organizado en la ya mencionada Coalición Nacional del Crimen a tanto mafioso que operaba por su cuenta. “Miren, no se trata de que me meta en sus negocios, nada de eso, sino que nos organicemos, que formemos un coalición, una organización para ayudarnos, para tomar decisiones. Así, si yo necesito ayuda de ustedes, me la piden, si ustedes me necesitan, con gusto les ayudo, y así, pero sus negocios son intocables, siguen igual y hasta pueden prosperar”, señalan Feder y Joesten que fue la manera en que Luciano les explicó cómo debían de organizarse en el futuro si deseaban sobrevivir, sobre todo porque los golpes por parte de las “autoridades” a sus negocios cada vez eran más frecuentes. Agregan en otro párrafo que “Dejemos que todos los jefes se sienten en un panel, una sociedad de Directores, para manejar las cosas. Ningún sacrificio tendría que hacer ninguno de los jefes, todos tendrían el mismo nivel de autoridad. La sociedad podría arbitrar las disputas internas, establecer políticas y gobernar en cualquier cosa que requiriera una negociación interna de todas las corporaciones mafiosas”.
Vaya, pues los mafiosos adoptando un organigrama empresarial. O ¿será lo contrario? Todas las empresas, justo cuando se desarrollan, llegan a una estructura similar, en donde el o los directores determinan las políticas a seguir de la compañía, sean legales o no. Incluso, toman decisiones muchas veces lesivas para la empresa y los accionistas, pero muy buenas para ellos. Tómese el caso de la empresa Enron, que por malos, mafiosos manejos de su director (CEO) Kenneth Lay, se fue a la ruina.
O lo que hizo Bernard Madoff, que llevó a perder sus capitales a miles de inversionistas. Se calcula que unos $68,000 millones de dólares fue la cantidad defraudada. Lo que hizo Madoff se considera como el mayor fraude financiero en la historia de EU. Claro, pues, finalmente, ese país se jacta de ser el que cuenta con las mayor actividad financiera mundial, o sea, que viven muchos estadounidenses del capital parásito, el que es capaz, incluso, de destruir las economías de países enteros, con tal de obtener altas ganancias. Esos “operadores financieros” son hasta considerados héroes (un muy buen ejemplo cinematográfico de uno de tales “héroes” es la cinta “El lobo de Wall Street”, dirigida por Martin Scorsese basada en la vida de Jordan Belfort, un tramposo corredor de bolsa que hizo su “riqueza” justamente con fraudes y trampas de todo tipo).
Incluso, podríamos hablar de cárteles petroleros, un oligopolio de empresas, sobre todo las angloestadounidenses (British Petroleum, Shell, Exxon), que se apoderan de las reservas de crudo de los países que les permiten hacerlo (como aquí la mafia priísta ya lo hizo) y que, además de rapiñarlas, destruyen el medio ambiente y acaban con la economía de tales países (justo como aquí ya sucede).
Hablando de las imposiciones energéticas que la prianmafia ha hecho ya, a todas luces se ve la relación gansteril que aquélla sostiene con las depredadoras petroleras, sobre todo anglosajonas, pues el permitir que exploten libremente ya el petróleo, sobre todo el de las llamadas “aguas profundas”, así como que se practique el peligroso y contaminante método del fracking para explotar gas natural de esquisto, muestra los enormes intereses que hay detrás de ello, no sólo por las abultadas ganancias que tales, mafiosas empresas generarán, sino porque el control de lo que nos queda de petróleo y otros energéticos es vital para la “seguridad energética” de EU y hasta de Europa. Justo detrás de la guerra civil en Ucrania, hay fuertes intereses estadounidenses por controlar el gas natural de dicho país. Como, supuestamente, EU ya aumentó considerablemente su producción de gas natural gracias al contaminante y destructivo fracking (lo cual no le importa), al “sancionar” a Rusia, sobre todo en sus exportaciones de ese importante energético, EU pretende quedarse con ese lucrativo mercado, del que Europa es la que más importa gas natural. Por ello tantas tensiones creadas en Ucrania, pues tienen, finalmente una mafiosa finalidad.
También la permisividad que se les está concediendo a las megaminas en nuestro país (y en todo el mundo), las que ya controlan, depredan y destruyen una cuarta parte de nuestro territorio, es evidencia de una complicidad mafiosa. O tomemos a la mafiosa empresa Oceanografía S.A., que a pesar de evidencias de corrupción, fraudes y malos manejos, fue “rescatada” y podrá seguir operando.
Los ejemplos de empresas mafiosas operadas por directores o accionistas igualmente mafiosos, siguen (aquí, las mafias telecomunicacionales de Televisa, TV Azteca y el emporio Slim, deberían, en todo caso, seguir el modelo Luciano, con tal de que sus “batallas legales” llegaran a buen arreglo). Así que cabría preguntar, ¿quién le copió a quién las mafiosas prácticas empresariales?
Sobre su vida personal, Luciano era un tanto reservado. No gustaba de beber, contrario a lo que pudiera pensarse, comía y vestía muy bien, como ya se ha mencionado, y, en su vida amorosa, gustaba de relacionarse, sobre todo, con algunas “coristas”, no tan famosas. Eso sí, nunca fue particularmente fiel a nadie.
Y llegamos a otra coincidencia con mafiosos que dicen llamarse “presidentes”. Por ejemplo, los amoríos de Bill Clinton con Mónica Lewinsky. O Nicolas Sarkozy, casado por segunda vez con una famosa modelo y cantante, Carla Bruni. Más recientemente, el muy famoso ex gobernator, el señor Arnold Swachssenger, a quien su esposa, María Shriver (nieta de John F. Kennedy), le pidiera el divorcio porque aquel le fue infiel con una de las trabajadoras domésticas, la señora M. Patricia Baena, con quien tuvo un hijo hace quince años. Y no vamos lejos, los amores de EPN ya hasta merecieron un libro, lo que da cuenta no sólo de lo mafiosos, sino lo frívolos que son los capos que nos controlan. Texto: A. S. Andrade. Pronto: 3ª y última parte. Ver también: Parte I & Parte III
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.