En agosto del año pasado y a raiz de los nulos avances para enfrentar la crisis cuestionábamos al FMI con la dura pregunta ¿Saben algo de economía en el FMI? En ese artículo, mencionábamos el informe de Olivier Blanchard, jefe del FMI, publicado apenas un mes antes de la quiebra de Lehman Brothers (septiemre de 2008) en el cual planteaba "el saludable estado de la macroeconomia".
Ahí, Blanchard afirmaba que "todos los problemas de la macroeconomía se encuentran bajo control". Si Banchard quiso referirse a la estabilidad del sistema financiero, éste se desplomó a los 30 días de publicado ese informe; si quiso referirse a la estabilidad macroeconómica mundial, todo el mundo entró en recesión tras la caída de Lehman Brothers. Si a un ingeniero se le desploma un edificio por un error en sus cálculos, o a un médico se le muere un paciente por un error de diagnóstico, tendrá serias dificultades para encontrar trabajo, y además una seguidilla de demandas judiciales. Esto no les ocurre a los mandameses del FMI, que pueden vaticinar el mejor de los mundos aunque el mundo se esté cayendo a pedazos.
Los errores de diagnóstico del FMI subestimaron los multiplicadores fiscales al extremo de hacerlos irrelevantes para la economía en su conjunto. En octubre de 2012, el FMI realizó un "mea culpa" reconociendo que había subestimado los multiplicadores fiscales, al considerarlos en torno al 0,5 cuando en verdad estaban entre el 1,5 y el 1,7. Pensaban que cada euro de la política fiscal invertido en la economia real sólo tenía un impacto de 0,5 euros en el PIB. Análisis posteriores dieron cuenta que cada euro de la política fiscal reproducía el PIB a lo menos 1,5 veces. Este error de diagnostico fue la carta magna para certificar los planes de austeridad que arrastraron a la economía europea al limbo que es hoy: una economía atrapada en el estancamiento secular (o estancamiento de largo plazo), donde hasta los ahorrantes comienzan a ser expropiados de su dinero por la nueva modalidad de las tasas de interés negativas.Nunca se había visto que los ahorradores fueran castigados por las malas decisiones de política, que han buscado defender a toda costa a la oligarquía financiera. Pero así están las cosas en la economía actual, donde hablar de la red capitalista que controla al mundo se considera un acto de conspiración, tal como pedir que se aclare el derribo del MH17, que a más de seis semanas de ocurrido aun no se entrega la versión final. Recordemos que Estados Unidos, a los cinco minutos estaba acusando a Rusia, tal como tras el ataque de las torres gemelas, en septiembre de 2001, a los cinco minutos tenía sindicado a Osama Bin Laden como el autor de los hechos. Sobre este punto, sugiero el artículo del candidato republicano Ron Paul What the Media Won’t Report About Malaysian Airlines Flight MH17. Este mismo tipo de análisis ha sido para la crisis financiera: los grandes bancos fueron declarados inocentes de la crisis y se les socorrió de inmediato, agotando todas las reservas mientras se desmantelaba la economía real. Ahora la economía sufre los signos de ese despilfarro, que socorrió a los verdaderos culpables y castigó a millones de victimas inocentes, que a día de hoy siguen sufriendo el desempleo y la pérdida en el nivel de vida.
Los errores de diagnóstico del FMI subestimaron los multiplicadores fiscales al extremo de hacerlos irrelevantes para la economía en su conjunto. En octubre de 2012, el FMI realizó un "mea culpa" reconociendo que había subestimado los multiplicadores fiscales, al considerarlos en torno al 0,5 cuando en verdad estaban entre el 1,5 y el 1,7. Pensaban que cada euro de la política fiscal invertido en la economia real sólo tenía un impacto de 0,5 euros en el PIB. Análisis posteriores dieron cuenta que cada euro de la política fiscal reproducía el PIB a lo menos 1,5 veces. Este error de diagnostico fue la carta magna para certificar los planes de austeridad que arrastraron a la economía europea al limbo que es hoy: una economía atrapada en el estancamiento secular (o estancamiento de largo plazo), donde hasta los ahorrantes comienzan a ser expropiados de su dinero por la nueva modalidad de las tasas de interés negativas.Nunca se había visto que los ahorradores fueran castigados por las malas decisiones de política, que han buscado defender a toda costa a la oligarquía financiera. Pero así están las cosas en la economía actual, donde hablar de la red capitalista que controla al mundo se considera un acto de conspiración, tal como pedir que se aclare el derribo del MH17, que a más de seis semanas de ocurrido aun no se entrega la versión final. Recordemos que Estados Unidos, a los cinco minutos estaba acusando a Rusia, tal como tras el ataque de las torres gemelas, en septiembre de 2001, a los cinco minutos tenía sindicado a Osama Bin Laden como el autor de los hechos. Sobre este punto, sugiero el artículo del candidato republicano Ron Paul What the Media Won’t Report About Malaysian Airlines Flight MH17. Este mismo tipo de análisis ha sido para la crisis financiera: los grandes bancos fueron declarados inocentes de la crisis y se les socorrió de inmediato, agotando todas las reservas mientras se desmantelaba la economía real. Ahora la economía sufre los signos de ese despilfarro, que socorrió a los verdaderos culpables y castigó a millones de victimas inocentes, que a día de hoy siguen sufriendo el desempleo y la pérdida en el nivel de vida.
La creación del dinero
Las razones hay que buscarlas un poco más atrás, y tienen que ver con el predominio que se dio a la banca sobre la economía real, al amparo de todas las regulaciones que permitían tener una banca eficiente y le dieron el predominio de crear dinero de la nada Estos estigmas, fueron cuidadosamente diseñados por quienes consideran que el dinero es neutral, y que da lo mismo quien esté a cargo de la creación de dinero dado que "el dinero es solo un velo". Toda la teoría económica se funda en el hecho de que da lo mismo quien emita el dinero, dado que el dinero cumple el simple rol de lubricante del sistema. Sin embargo, cuando los bancos crean dinero que destina a hinchar burbujas, ¿podemos pensar en neutralidad? Son muchos los tópicos que se asientan en este debate y, para hacerlo breve, la banca no ha ayudado a la recuperación económica, al contrario: la ha expoliado de sus recursos. De ahi que comiencen a surgir planteamientos nuevos como ese informe de unos economistas del FMI que sugerían eliminar a la banca privada. El problema es que cuando la banca privada debe decidir si le presta dinero al productor de jamón o al especulador, por lo general decide por este último. Así es como la inversión en la economia real se ha derrumbado, mientras la renta variable vive una nueva burbuja. Esto es lo que está en el fondo de debate en el artículo de Foreing Affairs publicado por Mark Blyth y Eric Lonergan: Hay que prestar el dinero directamente a los ciudadanos, a los que producen y crean empleo, y evitarse las usureras tasas de interés que cobra la banca, porque el esfuerzo de buscar la rentabilidad en el productor de jamón o aceite de oliva es mayor al que involucra dárselo a los especuladores en renta variable. Es cosa de comparar cómo han crecido las Sicav versus los productores de la economía real. La banca privada desregulada que originó la crisis ha sido la gran beneficiada con los planes de rescate (el esfuerzo de todos los ciudadanos) mientras le economía real que genera empleo y crecimiento sigue en el limbo. Texto: M. A. Moreno.
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