La economía española se ha basado en el último decenio en la conocida “dieta mediterránea”, (cuyos ingredientes principales eran el “boom” urbanístico, la exportación, el turismo y el consumo interno), fórmula que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa (2008), debido al estallido de la burbuja inmobiliaria y el hundimiento del castillo de naipes de la economía española, pero a lo largo del 2014, la economía española ofrecería signos de un cambio de tendencia. Así, según el INE, el déficit de Estado en Julio se habría reducido al 3,08 % (rondando el 3,5 % pactado con Europa para el 2013), el PIB habría aumentado un 0,6% en el segundo trimestre y la tasa de paro habría descendido hasta el 24,5%.
Sin embargo, a pesar de los trazos rosáceos del actual amanecer económico, estaría a punto de aparecer en el escenario económico un nuevo virus patógeno, (el DD&D), con un ADN dotado con las tres enzimas D (Deuda, Deflación & Desempleo) y que podría derivar en una plaga que podría acabar por arrasar con todo rastro de brotes verdes en la economía española. Así, el Déficit de la Balanza comercial en el primer semestre del 2014 se incrementó en 9.000 millones €, al conjugarse un incremento del 5,3 % de las importaciones con un exiguo incremento del 0,5 % de las exportaciones, debido que los principales de su área de influencia (básicamente Francia, Alemania e Italia), coquetean de nuevo con la recesión mientras la Deuda Pública habría alcanzado ya la barrera ionosférica del Billón de €.
Deuda privada
El director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals, ha subrayado durante la presentación del informe del FMI sobre Estabilidad Financiera, que “la abultada deuda empresarial de los países periféricos europeos puede afectar al sistema bancario a través de pérdidas en los préstamos a empresas”. Según Viñals, “cerca del 40% de la deuda en España está en manos de empresas que serían incapaces de hacer frente a sus deudas a medio plazo a menos que hagan ajustes como una reducción de la deuda, de los costes operativos o de los gastos de capital, (“debt overhag” en inglés), de lo que sería paradigma la empresa farmacéutica Grifols, quien habría multiplicado por 11 su pasivo hasta alcanzar los 180 millones € de deuda.
Así, según el Informe Mundial de Estabilidad Financiera (GFSR, en inglés), el ratio de deuda sobre EBITDA de las empresas españolas (cifra que se obtiene tras dividir la deuda total de las empresas por sus ingresos operativos sin restarles los intereses de la deuda, amortizaciones o impuestos), sería del 3,59 veces, superando todavía el listón del 3 establecido para indicar dificultades en el mantenimiento de la solvencia de las compañías. Además, resalta en su informe el complicado escenario en el que se produce el desempalancamiento de las empresas , pues “aunque el desendeudamiento es necesario, demasiados recortes de capital pueden seguir socavando las perspectivas de crecimiento en la periferia del euro”, por lo que según El Financial Times, el BCE presidido por Mario Draghi tendría ya preparado un plan de choque que podría contemplar la bajada de tipos hasta el 0,0 % para finales del 2014 y la implementación de tipos negativos para la facilidad de depósitos, lo que obligará a los bancos de la Eurozona a pagar por dormir su dinero en el BCE (0,10%).
Por otra parte, la bajada de tipos de interés hasta el 0,15% y la continuación de la política de barra libre (TLTRO) por el BCE ha aliviado los problemas de liquidez de las entidades financieras e incrementado el beneficio de las mismas debido al diferencial entre lo que deben pagar para lograr liquidez del BCE (el 0,5%) y los intereses que marcan en la adquisición de deuda de Estado (cercanos al 4%), beneficios que no han tenido traslación a la economía real en forma de financiación del tejido productivo (pymes y autónomos), sino que se han destinado a la refinanciación de las grandes empresas y los pagos de intereses de deudas contraídas. Además, Viñals afirma que “algunos bancos necesitarán aprovisionarse contra estas pérdidas”, para lo que tendrán que usar “una gran porción de futuros beneficios y en algunos casos de la ampliación de su fondos de provisión”, aunque según los cálculos del Fondo, las provisiones de los bancos de España permitirían hacer frente a unas pérdidas que en el peor escenario alcanzarían los 120.000 millones de euros, de lo que se deduce que la Banca tendrá que destinar más provisiones para estos créditos, lo que tendrá como efectos colaterales una posible constricción de sus ganancias y por ende del reparto de dividendos e impedirá que el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes y particulares.
Ello unido a la sustitución de la tradicional doctrina económica del equilibrio presupuestario del Estado por la del déficit endémico (práctica que por mimetismo han adoptado los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas), contribuirá a que el déficit público continúe desbocado (estimaciones del 5,9% del PIB para 2014).
Deflación en ciernes
Según el INE, el IPC adelantado de Agosto registró un incremento del 0,1% respecto al de Julio pero la tasa interanual quedaría en el -0,5% lo que le situaría en la antesala de la deflación. Por deflación se entiende «la caída mantenida y generalizada de los precios de bienes y servicios durante un mínimo de dos semestres», según el FMI y conjugada con una tasa de desempleo galopante tan bestial como la española , podría dar lugar a la aparición de un cóctel explosivo de final incierto,(el DDD), ya que dichos factores económicos se retroalimentan. Así, las empresas se ven obligadas a estrechar sus márgenes de beneficios para seguir siendo competitivas lo que les impide mantener sus beneficios empresariales así como realizar las necesarias inversiones en Bienes Equipo y que tiene como efecto secundario una congelación o reducción del sueldo de los trabajadores que hace reiniciarse la espiral deflactiva, alimentada por la subsiguiente reducción del consumo. Así, asistiremos al finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada década debido a la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores por la congelación de sus salarios o la dramática reducción de los mismos (pérdida del 13% de capacidad adquisitiva desde el 2008), lo que aunado con la ausencia de la cultura del ahorro doméstico incrementará la deuda familiar.
Desempleo endémico
Según el FMI, España concluirá el ejercicio económico del 2014 con una tasa de paro cercana al 25 % (segundo país con más desempleo de la UE y el primero en desempleo juvenil), citando como factores negativos la continuación de la subida de salarios en España (aumentos del 1,30% en el 2012, del 0,63% en el 2013 y del 0,1 % en el 2014) tanto en los bienes manufactureros como en la construcción y los servicios, por lo que el ajuste económico español se habría producido mediante la caída de la producción y el incremento del paro, pero “insuficiente en el lado de los salarios hasta fechas recientes”, por lo que receta un drástico recorte de los salarios nominales (brutos) del 10% y una rebaja de las cotizaciones sociales en 1,75 puntos para crear 1,2 millones de empleos en los tres próximos años ( minijobs o contratos basura).
Por otra parte, según cccv.es, “la disminución de la inversión en Obra Pública en el Bienio 2010-2012, habría sido de 22.100 millones € y habría supuesto la pérdida de de 235.000 empleos, pero con una inversión en Obra Pública de Infraestructuras Pública de 10.000 millones € (equivalente al 1% del PIB), se podrían crear 230.000 empleos nuevos, entre directos, indirectos e inducidos ya que cada millón de Euros invertido en Obra Civil generaría 12 empleos directos, 6 indirectos y 5 inducidos”. Por ello, la patronal de las grandes constructoras (Seopan) en su revista “El Monitor”, ha propuesto al Gobierno reactivar en el 2014 una tercera parte de las obras de infraestructura contratadas pero pendientes de ejecución,para lo que se requiere una inversión adicional de 8.000 millones € y que supondría la creación de unos 145.000 empleos y el retorno fiscal de unos 5.000 €, según sus estimaciones.
Además, según un informe realizado por Asefma y la Asociación Española de la Carretera (AEC) “la crisis ha provocado que la red de carreteras presente un estado infame” (similar a la Década de los 90) y señala que “para devolver los firmes a un estado mínimamente adecuado, se necesitaría una inversión superior a 5.200 millones €” y dado que en el caso de España, la CE ya avaló el retraso hasta 2016 del plazo para reducir el déficit por debajo del 3 % del PIB incluido en el programa de estabilidad, dicha dilación en la fecha del déficit excesivo podría ser aprovechado para incrementar la inversión estatal en Obras Públicas.
Resumiendo, en el supuesto de que la Deuda Pública y privada prosigan su vuelo por la estratosfera, que los salarios sigan congelados o con incrementos inferiores al IPC, que el crédito bancario siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes, autónomos y particulares y no se aproveche la dilación en los plazos para reducir el déficit hasta el 2016 en incrementar la inversión en Obra Pública y reducir el desempleo, la economía española se verá abocada a un peligroso cóctel explosivo, el D+D+D, cuyos ingredientes sería una Deflación en los precios que impedirá a las empresas conseguir beneficios y a los trabajadores incrementar sus sueldos, una Deuda Pública que podría rozar el 100% del PIB para finales del 2014 (superior al Billón €) , un Desempleo estratosférico (25% a finales del año en curso) y la imposibilidad de cumplir el déficit público (estimaciones del 6% frente al 5,8% fijado por Bruselas), lo que aunado con el atasco de Italia, Francia y Alemania, podría generar una década de estancamiento en la economía española, rememorando la Década perdida de la economía japonesa. Texto: G. Gorraiz-López
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