El dinero bancario (las promesas de pago) sólo sirve para realizar transacciones entre cuentas bancarias ubicadas en el mismo banco. Por ejemplo: yo tengo una cuenta en el banco A y quiero hacerle una transferencia de 100 euros a Felipe. Si Felipe tiene una cuenta en el mismo banco entonces lo único que ocurre es que mi cuenta disminuye en 100 euros, y la de Felipe aumenta en 100 euros. Son simples anotaciones bancarias que no requieren ningún uso de dinero legal. Números que suben y bajan, nada más. La promesa de pago que yo tenía en mi poder ha pasado a manos de Felipe. El banco A simplemente ha pasado de deberme a mí 100 euros (de dinero legal) a debérselos a Felipe. No ha tenido que utilizar dinero legal porque nadie le ha pedido que cumpla su promesa de pago. La promesa de pago sigue viva, aunque en otras manos. Sin embargo, si la cuenta bancaria de Felipe no estuviese en mi banco sino en el banco B, la operación sería diferente. El banco B no quiere tener en su poder la promesa de pago del banco A, así que le obliga a cumplir su palabra y entregar dinero legal por valor de 100 euros. De esta forma, el banco A paga 100 euros de dinero legal al banco B. Mi cuenta se reduce en 100 euros y la de Felipe aumenta en 100 euros. El banco A ha perdido 100 euros de dinero legal, pero ya no me debe 100 euros a mí porque la promesa se ha extinguido. En cambio, el banco B ha visto aumentar su dinero legal en 100 euros, pero ahora automáticamente tiene reconocida una promesa de pago por valor de 100 euros a Felipe. Como decíamos, el dinero bancario (las promesas de pago) sólo sirve para realizar transacciones entre cuentas bancarias ubicadas en el mismo banco. Para todo lo demás, el banco tendrá que utilizar dinero legal. Es decir, cuando un cliente quiera retirar su dinero o cuando un cliente quiera hacerle una transferencia bancaria (o cuando quiera pagar en una tienda con tarjeta de crédito) a un sujeto que tiene una cuenta en otro banco, será necesario utilizar dinero legal. Con los ingresos y los gastos del sector público ocurre prácticamente lo mismo; la única diferencia es que el Estado tiene su cuenta bancaria directamente en el banco central. Cuando el banco A tiene que pagar impuestos por valor de 500 euros, lo que hace es utilizar dinero legal, porque el Estado no acepta el dinero bancario (las promesas de pago) del banco. Así las cosas, el dinero legal del banco A se verá reducido en 500 euros y la cuenta que mantiene el Estado en el banco central aumentará en 500 euros. Pero nada de promesas de pago, nada de dinero bancario; el Estado sólo acepta dinero legal. Lo contrario ocurre cuando el Estado gasta dinero en vez de ingresarlo. Si yo soy funcionario y tengo mi cuenta bancaria en el banco A, cuando el Estado me pague mi sueldo lo que hará será pagarle al banco A con dinero legal. La cuenta que tiene el Estado en el banco central se reducirá, y mi cuenta bancaria aumentará por la misma cantidad. El banco A recibirá dinero legal, y automáticamente me reconocerá a mí una promesa de pago por esa cantidad. Poco a poco vamos viendo que los bancos incrementan su dinero legal de varias formas, no sólo a través del dinero en efectivo que depositan los clientes como muchos piensan. El dinero legal de un banco puede aumentar también cuando otro banco efectúa una transacción bancaria a una de las cuentas de sus clientes, o cuando el gobierno les paga el sueldo a funcionarios que tienen su cuenta en ese banco, o cuando el banco pide dinero prestado al banco central, etc. A lo largo de cada día se producen muchas transferencias de dinero legal entre bancos. Lo que ocurre es que el banco central no da la orden de transferir el dinero legal con cada transacción, sino que espera hasta el final del día para hacerlo de una vez. Es una forma de lograr que las transferencias sean más eficientes. De esta forma, si el banco A a lo largo del día ha sido obligado a cumplir algunas de sus promesas de pago y entregar 50.000 euros de dinero legal al banco B, y en el mismo día el banco B ha sido obligado a extinguir algunas de sus promesas de pago y entregar 40.000 euros de dinero legal al banco A, entonces el banco central dará la orden de transferir 10.000 euros de dinero legal desde el banco A al banco B. Por este motivo las transferencias entre dos bancos tardan 24 horas, y por eso las transferencias dentro del mismo banco son instantáneas (porque se transfiere dinero bancario, no dinero legal). Por último (y ya aterrizamos en la aportación de algunos lectores en un artículo anterior) queda hacer una mención al proceso por el cual los bancos dan créditos a los agentes económicos. Cuando un banco otorga un crédito a un sujeto, lo que está haciendo es crear una promesa de pago; lo que está haciendo es crear dinero bancario. Si el banco me concede a mí un préstamo de 1.000 euros, mi cuenta bancaria aumentará en esa cantidad, y todo ese dinero será dinero bancario. Con esta acción, el banco se está comprometiendo a pagarme 1.000 euros de dinero legal cuando yo lo desee. Si yo quiero sacar esos 1.000 euros de mi cuenta para comprarme un portátil, el banco está en la obligación de entregarme 1.000 euros de dinero legal (en billetes y monedas). Pero si en vez de eso voy a la tienda y pago directamente con mi tarjeta de crédito, pueden ocurrir dos cosas. Si el vendedor del portátil tiene una cuenta en el banco que me ha dado el crédito, entonces la promesa de pago no se extinguirá. El dinero bancario simplemente pasará de mi cuenta a la cuenta del vendedor. La promesa de pago cambiará de manos. En cambio, si el vendedor del portátil tiene una cuenta en un banco diferente al que me ha dado el crédito, entonces la promesa de pago se extinguirá y mi banco pagará 1.000 euros de dinero legal al banco del vendedor. Es decir, a los bancos no les sale gratis crear dinero bancario (conceder créditos), porque los individuos que reciben el crédito en algún momento empezarán a consumir y es probable que el banco tenga que utilizar dinero legal. Crear dinero bancario es comprometerse a entregar dinero legal cuando sea necesario, y eso supone un coste importante para el banco. Por todo ello, los bancos no “crean dinero de la nada” como algunas personas piensan. Lo que crean de la nada es dinero bancario, pero no dinero legal que es al fin y al cabo dinero en sentido estricto (y el único capaz de crear dinero legal es el banco central). Ahora bien, es cierto que un banco puede crear dinero bancario sin necesidad de tener en ese mismo momento dinero legal que lo respalde, porque la legislación le concede dos días para conseguir la cantidad de dinero legal a la que obliga la ley (1% de todo el dinero, en la zona euro). Pero que primero creen dinero bancario y luego se preocupen de hacerse con el dinero legal necesario no quiere decir que los bancos puedan crear dinero sin coste alguno. Los bancos privados tienen un inmenso poder relacionado con el dinero y la deuda pero no es tan extraordinario como el que tiene un banco central. E. Grazón. Parte 1
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