El último encuentro cumbre realizado recientemente en Bruselas por la Unión Europea y cuyo objetivo central ha sido delinear los diversos aspectos que están relacionados con el funcionamiento de la economía del denominado espacio europeo, no ha sido nada alentador para los sectores sociales de menores ingresos del conglomerado de países que forman parte de este acuerdo “común”. Una vez más ha quedado de manifiesto que los mandatarios y primeros ministros que han participado de dicho encuentro, han reflejado en toda su crudeza que ellos están al servicio de los intereses más oscuros de una parte del capitalismo europeo y que lo que menos tienen es sensibilidad social. Angela Merkel dejo entrever que el futuro inmediato de la economía europea debe estar caracterizado por la rigidez y el termino de los servicios sociales, pues estos son un gran obstáculos para los intereses de los capitales como de los Estados mismo, en otras palabras, “al pan pan vino vino”, o sea que hay que terminar con todo aquello que huela a ayuda social a los sectores con menor poder adquisitivo de la Unión Europea. Lo cierto es que la Europa del autodenominado “bienestar social”, de la solidaridad, está siendo erosionada de forma gradual y salvaje, para culminar definitivamente con los logros sociales alcanzados por la clase trabajadora y los sindicatos, durante décadas de lucha y muchos mártires obreros. Ya para nadie es un misterio que el sistema capitalista europeo y su expresión más dura y criminal, padece una enfermedad terminal que por muchas quimioterapias que se le apliquen, el desenlace fatal sobrevendrá de todas maneras, ahora todo es cuestión de tiempo. Ahora de acuerdo a cifras oficiales, el espacio económico europeo contaría con alrededor de 26 millones de desempleados. Esto en relación a las cifras oficiales, pues muchos expertos económicos europeos expresan que en realidad los parados estarían bordeando los casi 40 millones de personas que se encuentran sin una actividad laboral permanente. De acuerdo a estas cifras los mayores perjudicados con el desempleo son los jóvenes y las mujeres. La cesantía entre los jóvenes de la UE alcanza ya a un poco más del 20%, siempre de acuerdo a lo que son las cifras oficiales, lo que indica que la cantidad de jóvenes parados podrían ser aún mayor. Recordemos que solo en España más del 50% de la juventud padece el desempleo. Los mandatarios europeos y los primeros ministros en su oportunidad resolvieron entregar una ayuda de 40 mil millones a la banca, para salvarlas de sus fechorías y actividades económicas mafiosas, mientras que para resolver el problema parcial del desempleo entre los jóvenes se entregan solamente 6 mil millones de euros para el transcurso de los años 2014 al 2020. De allí que el futuro inmediato del espacio económico europeo no es nada auspicioso, pues los máximos representante de los capitales en la UE solo están ofreciendo más y más recortes y pobreza, un aumento permanente del ejercito de cesantes y un crecimiento económico casi nulo e insolvente, con todas las consecuencias sociales que esto pueda traer para la clase trabajadora y los pueblos de la Europa de los 27. En otro ámbito de la grave crisis económica que vive la UE, crece y crece el escepticismo con respecto al papel que juega la autodenominada clase política europea, pues al igual como ocurre en otros países, estos son asociados con el nepotismo político, el tráfico de influencias, la corrupción a gran escala y son calificados además como mediocres e ineptos. Los ciudadanos perciben a los representantes de la centro derecha y la socialdemocracia en decadencia, como guardianes de los intereses de los grandes capitales, los falsos inversores, los especuladores y las mafias bancarias y financieras. De allí que se ha perdido la credibilidad y confianza en estos engendros que ya no representan los intereses económicos y sociales de los pueblos europeos. E. A. Bone.
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